El
órgano femenino admite que no es fácil hablar de él. "Soy el más
estigmatizado y perseguido".
Contrario a lo esperado, no fue difícil contactar al clítoris
para esta entrevista. Bastó una llamada y una invitación a sentarse en el
banquillo de los órganos para que aceptara. “Y eso –dice este órgano
eminentemente femenino- que no estoy acostumbrado a que los periodistas me busquen…
Es más, me da la impresión de que también me evitan”. Dice vivir sorprendido
por el resquemor que genera en muchos la sola mención de su nombre y asegura,
sin titubear, que “soy el órgano más estigmatizado y perseguido de la historia,
sobre todo en ciertas culturas, tal vez porque fui creado para cumplir con una
única función: proporcionar placer”.
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