sábado, 10 de enero de 2015

República Dominicana no negocia su soberanía

Benny Rodríguez

La República Dominicana, como está definido en su Constitución y como lo concibió el más grande de los dominicanos: Juan Pablo Duarte y Díez, no hace ningún tipo de concesiones en lo relativo a su soberanía. Mucho menos aceptar que terceros países quieran imponerle o decirle cuál debe ser su política migratoria. Eso, decidir quién o quiénes son dominicano solo nos compete a nosotros y a nadie más.

La problemática, generada en principio, no por la decisión soberana del país de regular el status migratorio y decida quién o quiénes deben estar en su territorio, sino por el despojo de la nacionalidad a una apreciable cantidad de dominicanos y dominicanas de ascendencia haitiana, toma un curso que preocupa.

Hemos visto como en los últimos días y a raíz de la situación inaceptable ocurrida en el lado haitiano de Anse-A Pitre, por el punto fronterizo de Pedernales, han entrado al debate voces que más bien incitan no a la búsqueda de una solución pacifica y amigable, sino a la toma de las armas contra el pueblo haitiano.

El Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, es uno de ellos, quien en unas declaraciones que dicen mucho de su misión como mensajero de Dios, cuyas acciones deberían estar orientadas a la promoción de la paz y a la convivencia pacífica entre haitianos y dominicanos, pero, en cambio, llama al presidente a ser firme frente al problema.  

Fritz Cinéas, embajador de Haití en el país, metió la pata y ofreció unas declaraciones que ofenden a la prensa nacional, cuya misión, es preciso recordar, es dar a conocer los hechos para mantener informada a la opinión pública local y global. Debe pedirnos perdón por sus destempladas consideraciones.

No quiero hacer conjeturas, pero el incendio de dos viviendas, propiedad de igual número de familias haitianas en batey Altagracia, Fundación, por parte de desconocidos, podría estar motivado por ese llamado al presidente Danilo Medina a actuar con firmeza por parte del purpurado católico.

El autor es periodista y secretario general del CDP en Barahona


  

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