Fuente Almario Libre
Escrito
por José Manuel Medina
Cabral,provincia
Barahona.- Cada Semana Santa, este pueblo
goza una de las más grandes tradiciones culturales, los recorridos de sus
Cachúas, que con sus vistosos vestuarios y el estruendo de sus foetes, hacen
vibrar a muchos, pero al parecer, esas vibraciones podrían quedar en el pasado
con la desaparición de esta actividad por falta de recursos y la mirada
indiferente de los sectores que deben velar por su permanencia.
El forklorista Temistocles Féliz Suarez con sus hijas ocho y 12 años |
El
médico Temístocles Féliz Suarez, criticó que el Ministerio de Cultura no haga
nada para mantener las tradiciones carnavalescas en el país.
Féliz
Suarez, quien lleva 44 años vistiéndose de Cachúas, y quien tiene uno de los
seis grupos que existen en el pueblo, expresa que continúa en esta acción
porque goza lo que hace, y porque es una tradición generacional de sus antepasados
que no va a permitir a que perezca.
A
pesar de que confecciona las caretas y los vestidos con sus vistosidades, Féliz
Suarez expresa que no es negocio producir los atuendos, porque nadie paga por
ellos.
“Nada
hace el Ministerio de Cultura, solo nos dicen móntense en un minibús, miren
RD$300/RD$400 vayan a la capital y coman por el camino. Nos han abandonado a
todos, no a nosotros solo, y mira que somos patrimonio cultural, inmueble del
pueblo dominicano”, precisó Féliz Suarez.
Dijo
que los grupos son muy solicitados en todo el país, pero solo como intercambios
culturales, por lo que no se genera dinero por participar en las actividades.
Cada
grupo de personas que se disfraza tiene entre 20 y 25 miembros, que son
solicitados para asistir a distintas actividades culturales en las provincias y
el gran Santo Domingo, pero únicamente reciben algo para el pasaje y la comida.
Explicó
que si los solicitan del carnaval de La Vega, solo les pagan el transporte,
saliendo a las cuatro de la mañana, pero que solo les dan la comida y algunos
RD$125.00 para cenar un pica-pollo en el trayecto.
Expresó
que la suerte les cambia cuando los invita el folklorista Dagoberto Tejeda,
quien es el único que en verdad le da valor a lo que hacen, ya que pueden comer
mejor y hasta disfrutar de un trago de ron en el camino.
“Porque
tengo yo que estar a las 12 del día tirando foetes, haciendo reir al otro, no
es por dinero que yo lo hago, es por compartir, y lo hago no solo en el país,
lo he hecho más de 15 veces fuera del país, y me siento bien, y sabes porque me
siento bien, porque soy carnavalero, y sabes soy carnavalero, porque yo heredo
eso como lo heredan esos niños”, explicó.
Sostuvo
que la mayor cantidad de artesanía que usan las Cachúas de Cabral, él es quien
las confecciona, por lo que no busca en un desfile lucrarse económicamente,
porque no le interesa.
Féliz
Suarez hizo una demostración con disfraz y foete en manos, en compañía de sus
dos niñas, Mayelin Michel Féliz Pérez, ocho años y Yasmely Féliz Pérez, 12,
pero que tienen fuerza increíble para hacer los rituales de las indumentarias
que usan para hacer divertir a la población.
Las
Cachúas de Cabral es la más vieja expresión carnavalezca que tiene la región
Sur, y específicamente, la provincia de Barahona.
Explicó
que las Cachúas de Cabral son una expresión de los esclavos cimarrones, que
tuvieron su primera presencia en el 1721, en todo lo que fue el Bahoruco
Oriental, pero que luego, tuvieron su aparición en Las Ahuyamas de Polo y en el
Maniel del Naranjo, en el 1791.
Dijo
que las Cachúas desde el 1890, es cuando comienza la aparición en la comunidad
de Cabral.
“Es
posible que la forma de la vestimenta cambie, pero la celebración no creo que
desaparezca, porque los niños son los primeros que se disfrazan. A quí los
niños a las 12 de la noche son los primeros que se disfrazan, lo tradicional
del carnaval no va a perder, pero puede perder la calidad y la esencia”,
precisa el también médico.
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