Por Rocío Linares.
Licenciada
en Psicología UABC. Maestra en Sexología Educativa, Sensibilización y Manejo de
Grupos IMESEX.
Nuestra
visitante de cada mes es el resultado de la expulsión de sangre y tejido sano
que sirve para que podamos embarazarnos y se desecha cada mes, evento que
frecuentemente es acompañado de dolor
abdominal de
diferentes grados de intensidad, cambios en el estado de ánimo, entre otros
síntomas.
La
regla suele ser sorteada de diferentes formas, desde ingeniosas hasta
vergonzosas. Lastoallas femeninas, tampones, copas menstruales, hasta
traposy demás son de ayuda formidable para pasar estos días.
Esto sin mencionar la ayuda del ibuprofeno y otras maravillas de la
farmacéutica.
Como
dije antes se trata de sangre y este fluido es estéril, por tanto si nosotras o
nuestras parejas tienen contacto con ella en realidad no estamos en peligro de
enfermedad, contrario a lo que con frecuencia nos preocupa.
Desde
luego su condición de esterilidad se conserva hasta que sale al mundo exterior
en condiciones en las que se acumula de forma inadecuada o por periodos
prolongados, lo que provoca que, entonces sí, tengamos peligro de infecciones
indeseables. Por tanto, la higiene adecuada, constante y cuidadosa es siempre
necesaria.
Las
creencias de la suciedad y la vergüenza acerca de la menstruación que nos hacen
incluso apenarnos de ir a comprar o pedir una toalla femenina a la compañera
del escritorio de al lado en nuestro trabajo cuando se nos olvida la nuestra en
casa, vienen de la Biblia.
En algunas de sus versiones se maneja que la mujer menstruante es impura y el
hombre que tiene relaciones sexuales con ella lo es también. Recordemos que
hace más de 2000 años no se sabían muchas cosas sobre la higiene que ahora sí y
que el objetivo principal de algunos mandatos religiosos de aquel tiempo era
que las relaciones sexuales estuvieran enfocadas a la reproducción. Hoy en día
nos podemos relajar un poco frente a esto porque estamos en un planeta
sobrepoblado y la idea es al contrario, disminuir la natalidad.
Aclaro
con esto que quedar embarazadas durante la menstruación es una posibilidad muy
remota, pero posible, así que no hay que confiarse. También que la calidad
moral de lo que hagamos durante la menstruación es cosa que va de nuestro
propio sentir y es una decisión íntima y respetable, sea cual sea.
Cabe
mencionar que si nos decidimos a tener relaciones sexuales durante la
menstruación, podemos esperar algunas cosas: Hacer el sexo oral a una mujer que
está menstruando no es dañino para nadie. Si no se es particular admirador del
arte moderno en la cara, se puede usar un protector de los que venden en la sex
shop, o bien, “kleen pak” comercial o la película plástica para conservar
alimentos de su preferencia.
La
sangre menstrual es un lubricante de excelente calidad y la congestión de la
vulva que se da naturalmente durante el periodo puede hacer muy satisfactorias
las relaciones sexuales para ambos participantes.
Hay
mujeres para las que el deseo
sexual aumenta en estos días. Sabemos
que para algunas mujeres, las molestias son motivo de lo contrario pero hay de
todo en la diversidad humana.
El
sexo, la masturbación y el orgasmo durante la menstruación hacen que disminuyan
los cólicos, los malestares emocionales y la cantidad de días que dura el
sangrado. Esto porque las contracciones de los músculos pélvicos ayudan a
desechar más rápido el contenido de la matriz.
Desde
luego todo esto hay que hablarlo con la pareja sexual y ver el grado de
comodidad que esto pueda traer a la relación. Tal vez hacer aproximaciones
sucesivas como primero probar la masturbación a solas, en otro mes los
tocamientos, en otro el sexo a oscuras en un día de poco sangrado, y así
sucesivamente dependiendo de las necesidades de cada mujer y su pareja, de sus
deseos y su creatividad.
Fuente: Ensenada.Net
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