Todos somos culpables.
Como todo en la vida
es cambiante, la cultura no está al margen de los cambios, somos un país fácil
de trasfundir porque adoptamos con rapidez costumbres externas, pese a estas características
las Cachuas de Cabral han perdurado casi
intactas en su tradición mística.
Con el pasar del tiempo un disfraz de una sola
Banda o manto apareció en el escenario de mayor tradición cabraleña, hecho este
que pasó inadvertido y no se tomó el correctivo pertinente, muchos atribuyen al
barrio de la peñuela en ser los pioneros en usar dicho atuendo pero aún no se
confirma esta teoría, cada año este vestuario confeccionado con cortes de tela
o de cortinas con colores acentuados y un estilo ajeno al tradicional usados
por las cachuas es utilizado con frecuencia por personas de distintos barrios.
El cabraleño exiliado económico, el que vive
dentro y fuera del pueblo todos absolutamente todos somos culpables del rumbo
que ha estado tomando nuestra tradición en los últimos años, hemos dejado a su
suerte a un comité de Carnaval que es repetitivo en sus funcionarios ya que
nadie tiene la valentía de sacrificarse y ser parte del mismo, hemos dejado
solo a su suerte aun jefe de cachuas que si es bien cierto que ha llevado a
nuestras cachuas a playas extrajeras y por toda la geografía nacional dando a
conocer lo nuestro por doquier, también le hemos dejado solo en tan difícil
tarea hemos fracasado y así lo afirma los sucesos acaecidos en los últimos
cinco años .
Todos somos culpables por dejar solo al
carnaval y las cachuas y luego estamos pidiendo inventarios de hechos de los
cuales no participamos algunos con razones otros sin ellas, es hora de
acompañar a nuestra cultura que no es de nadie en particular es de todo aquel
que se sienta cabraleño hagamos sentir orgullosa a la republica de tener un
patrimonio como el nuestro las legendarias Cachuas de Cabral, unirnos, discutir
estrategias, formulas, propuestas y enrumbar nuestra cultura por un nuevo
sendero adecuado es lo que hoy se impones no demos más largas porque todos
somos culpables.